La desvalorización no es una buena opción

Nuestro cuerpo nos manda mensajes constantemente. Estoy segura de que esto ya lo sabías, si me has leído alguna vez, esto te resulta familiar.

De ahí la importancia de escuchar las señales de nuestro cuerpo.

Una simple tensión muscular te está dando mucha información de lo que estás pensando y sintiendo en un momento determinado.

Durante muchos años he tenido molestias en el cuello y en el trapecio. Estos dolores, contracturas y demás los achacaba al trabajo de oficina.

Al estar sentada tantas horas, delante del ordenador, escribiendo, etc. las molestias me parecían “normales”.

Si fuesen una consecuencia directa del trabajo de oficina o trabajar con ordenador, todas las personas que lo hacen deberían tener este tipo de molestias. Y es verdad que hay muchas que las tienen, igual que hay muchas que no las tienen.

No tengo estadísticas, pero sí te digo que de las cuatro personas que trabajábamos en mi oficina, yo era la única a la que le dolía el cuello y el trapecio.

¿Quieres que te cuente una historia?

Esta es la historia de una chica, muy linda ella, que no creía en si misma.

Pensaba que las cosas que hacía no tenían valor, daba igual lo que consiguiese, ella nunca se lo reconocía a sí misma.

También se comparaba con otras personas, solía elegir a los números uno de cada aspecto en el que se comparaba.

Cada vez que tenía un desafío entre manos, lo solucionaba, aprendía cosas nuevas para mejorar o buscaba diferentes soluciones, sin embargo, esto  no era suficiente.

Cuando aprendía algo nuevo, se fijaba en el profesor o la profesora y con ellos era con quien se comparaba.

Todas las personas le decían lo guapa que era, incluso le preguntaban si era modelo y ella respondía ¿cómo?, pero ¿tú me has visto?. Daba igual lo que le dijesen, ella no lo veía, opinaba lo contrario totalmente.

¿Cómo crees que se sentía esta chiquilla?

Pues sí, efectivamente, se sentía como una “mierda”.

Sentía que no servía para nada, que por mucho que estudiase y trabajase nunca iba a conseguir ser la número uno.

Sentía que por mucho que cuidase su alimentación, iba a tener que vivir a dieta toda su vida.

Sentía que a pasar de ponerse mil potingues en la cara, daba igual, ella se miraba al espejo y no se gustaba.

Incluso dejó de mirarse en el espejo, durante muchos años se miraba de soslayo, sin prestar demasiada atención.

¿Sabes que tienen en común la primera y la segunda historia?

Tienen en común que son la misma persona. Te he hablado de mí, de algunos de los síntomas que mostraba mi cuerpo y de algunos de mis pensamientos.

Parece mentira que alguien se pueda decir todo esto, ¿verdad?.

Pues este era mi diálogo interno. Estas eran todas las cosas que yo pensaba de mí misma y me repetía una y otra vez.

Este diálogo interno es completamente inconsciente. Es como si le dieses al “play” de tu lista preferida de Spotify. Es tu banda sonora constante.

¿Qué se hoy que antes no sabía?.

Hoy sé que los dolores musculares están relacionados con el conflicto de desvalorización.

La desvalorización es sentir que tú no vales, que no sirves para algo concreto. Sientes que eres inferior a otras personas. El sentimiento de inferioridad puede ser en algo concreto o en algo más general.

Un síntoma de desvalorización es que te comparas con otros. Tiendes a hacer comparaciones. Unas veces tu ganas y otras muchas tu pierdes.

Ahora te toca a ti escucharte.

Quizás mi historia te suene de algo, quizás tu también tengas tensiones musculares.

Te invito a que observes tus pensamientos.

Y te preguntes ¿con quién te estas comparando y que además piensas que sabe más que tú?.

¿En qué momento has pensado que no eres capaz de alcanzar cierto nivel intelectual?.

¿Qué creencias tienes sobre ti misma en relación a lo que vales?.

¿Tienes las mismas molestias físicas de forma recurrente?.

¿Qué emoción te producen estos pensamientos?

Tengo una buena noticia para ti.

Si yo he conseguido saber cuanto valgo, sin comparaciones y sin intentar ser perfecta, tú también puedes.

El primer paso es tomar la decisión de dejar de compararte. Decidir descubrirte y amarte tal cual eres. Conocer tus virtudes y mostrarlas sin miedo. Conocer tus defectos y saber que en esa área puedes mejorar.

El siguiente paso es observar cuales son tus emociones más habituales. ¿Cómo te levantas cada día?. Te levantas llena de pasión, deseo, entusiasmo, amor, orgullo, gratitud… o te levantas enfadada, con envidia, con miedo, triste…

Una vez que sabes cuales son tus emociones recurrentes puedes elegir cambiarlas.

Imagina como cambia tu día si a menudo te levantas triste o enfadada y de forma consciente conectas con las gratitud, con la alegría o la pasión.

¿Cómo puedes cambiar la emoción?

Bailando con esa música que tanto te gusta.

Tomando una ducha caliente de forma consciente en vez de en piloto automático y agradecida por ella.

Saltando y sonriendo (aunque sea sin ganas) durante dos minutos.

Manteniendo la posición de poder durante unos minutos, como si fueras “Super Woman”. De pie, hombros hacia atrás, espalda recta, brazos en jarras, pecho abierto y cabeza bien alta.

El último paso

Cuando sientes una emoción que te favorece, ponerte delante del espejo y repetirte. YO VALGO, YO PUEDO.

¿Cómo crees que cambiarían tus días si los empezases así?

¿Cómo crees que cambiaría tu vida si cada vez que te pillas comparándote te repites YO VALGO, YO PUEDO?

Otros artículos

10 comentarios en “La desvalorización no es una buena opción”

    1. Gracias María del Carmen! Ya nos cuentas después de un mes de práctica qué cambios has notado en ti y en tu entorno.
      Un abrazo lleno de amor!.

  1. Hola Laura! Te cuento que me gustan muchos tus propuestas y ejercicios, sé que debo tomar desiciones , pero me cuesta hacerlo aunque quiera y mucho más mantenerlo en el tiempo. y así como lo decís ,si alguien o yo misma veo algo positivo o lindo en mi , me boicoteo y me tiró para abajo. Te cuento que algo tan simple como usar mi cabello suelto , no lo hago hace años porque me da vergüenza de la persona que verán ( aunque a mí me guste ). Es como que sentirme linda no es para mí o que me halaguen mucho menos .y sufro por eso ….

    1. Hola Verónica:
      Muchas gracias por tu honestidad y valentía. Te invito a que te comprometas contigo misma durante un mes y practiques la propuesta. Es algo que solamente depende de ti y puedes hacer tú. ¿Te comprometes a hacerlo?.
      Un abrazo enorme!

  2. Henar Cortes Oliveros

    Hola laura, me identifico totalmente con lo que dices, me siento a gusto y poderosa con gente que considero a mi nivel o por debajo (tampoco se muy bien porque considero a la gente asi), y me siento muy inferior con gente que considero por encima de mi, que saben más, que se relacionan muy bien con los demás…, no sé de dónde viene ésta desvalorizacion, pero la tengo a pesar de haber conseguido tener mi propio negocio que funciona muy bien, una empleada, y más cosas que los demás me reconocen, pero y yo?, yo sigo sintiendo que no valgo, mi autoestima baja.
    Gracias por articulos como estos.
    Un saludo ?

    1. Hola Henar:
      Muchas gracias por tu sincerad y valentía al comentar. Enhorabuena porque saber dónde estás en este momento es muy valioso. Si quieres subir esa autoestima para sentirte igual al resto de personas, ni por encima, ni por debajo, practica todos los días, sin excepción, el ejercicio propuesto y verás como haces crecer tu autoestima.
      Henar, ¿qué te parecería poner tu atención en lo que has conseguido hasta ahora y lo que haces bien cada día?.
      Un abrazo enorme.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Responsable » Laura Cubero.
Finalidad » gestionar los comentarios.
Legitimación » tu consentimiento.
Destinatarios » los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de Raiola Networks (proveedor de hosting de lauracubero.com) dentro de la UE. Ver política de privacidad de Raiola Networks.
Derechos » podrás ejercer tus derechos, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos.