Una de las principales causas por las que no adelgazamos es porque ingerimos más calorías de las que gastamos, esto es lo que dice la nutrición y también el sentido común.
Seguro que conoces a alguien o a tú misma has hecho una dieta hipocalórica, de zumos o de batidos sustitutivos de comida y claro que adelgazas, ¿cómo no vas a bajar de peso, si no comes?, bajas de peso puesto que el cuerpo recurre a las reservas que tiene almacenadas para garantizar su supervivencia.
Y qué ocurre después, cuando dejas la dieta, porque no puedes vivir a dieta eternamente. Se produce el efecto rebote o efecto yo-yo.
Durante el tiempo que has estado con la dieta el cuerpo lo interpreta como si fuese un periodo de guerra, en el que no había alimentos, como consecuencia disminuye el gasto metabólico (lo adapta a la ingesta) y guarda en su memoria qué es lo que le faltó para que en cuanto identifique su consumo, almacenar el máximo posible.
Cuando vuelves a comer con normalidad tiene un exceso de energía que almacena en grasas de reserva, con lo que es posible que recuperes el peso perdido e incluso más.
La sucesión de este tipo de dietas hipocalóricas a lo largo del tiempo suele ir asociada a una resistencia progresiva a adelgazar, cada vez te cuesta más bajar de peso.
¿Qué interpreta tu cerebro? Para tu cerebro la palabra dieta es sinónimo de lucha, de necesidad de sobrevivir.
El cerebro arcaico es quien se encarga de garantizar la supervivencia, por tanto cuando sospecha que hay peligro que amenaza la misma, toma el mando.
Para la descodificación biológica, el síntoma, en este caso el sobrepeso, responde a una vivencia conflictual y su objetivo es garantizar tu supervivencia.
Por tanto, además de cuidar la alimentación es interesante trabajar sobre el origen biológico del sobrepeso, una vez que aportas la solución que faltó en el origen, el sobrepeso ya no tiene sentido.
Cuando has trabajado el origen del sobrepeso, el cerebro no necesita garantizar la supervivencia, ajusta el almacén de reservas a la nueva situación y el cuerpo vuelve a su peso progresivamente.
Hoy te voy a hablar de dos conflictos que están detrás de la mayoría de los casos de sobrepeso.
El primero es el conflicto de desvalorización, cuando te miras al espejo no te gustas, te sientes frustrada porque la dieta no funciona, porque no la estás haciendo como deberías, te comparas con esa amiga tuya que está tan estupenda, te comparas con esa compañera de trabajo que hace dieta constantemente y tu no puedes, te comparas con esa famosa o modelo que te gusta tanto y que te encantaría estar como ella, piensas que vaya cuerpo que tienes que cada día estas peor, incluso te puedes dar asco…. Todos estos pensamientos, todo este diálogo que hay en tu cabeza (muchas veces automático), va minando tu seguridad en ti misma, va poco a poco dejando una impronta de que no vales.
El segundo es el conflicto de abandono, sientes que tienes que hacer las cosas tu sola, que no tienes apoyo, que te han abandonado y tienes que luchar tu sola, que tienes que sobrevivir como sea, sientes que en los momentos importantes de la vida no puedes contar con nadie. Puede ser que tus padres estaban trabajando todo el día y te sentías abandonada porque cuando volvías del colegio no estaban; puede ser que se haya terminado una relación de pareja y te hayas sentido abandonada; puede ser que nació un hermano y la niña lo vive como que ya no están preocupados por ella, siente que la dejan sola. Lo importante no es lo que ocurre, sino como vives lo que ha ocurrido. Ha ocurrido un hecho y lo vives como que te han dejado, te han abandonado.
Las propuestas que te hago son:
- Borra de tu lenguaje la palabra dieta y sustitúyela por me cuido, me estoy cuidando o cuido mi alimentación.
- Escucha tu diálogo interno, como te hablas, que te dices cuanto te miras al espejo, cuando haces algo que no sale como esperabas, incluso cuando consigues algún logro ¿te felicitas?.
- No te compares con otros, no hace más que debilitar tu autoestima.
- Chequea si vives o te relacionas desde el abandono.
Mi experiencia con el sobrepeso tiene mucho que ver con todo lo que te acabo de contar. Desde mi adolescencia me preocupaban mucho mis caderas, nunca llevaba falda porque me veía las piernas gordas, a lo largo de mi vida he ido pasando por distintas subidas y bajadas de peso y con la creencia de que tengo que vivir eternamente a dieta para estar en mi peso ideal.
El trabajo con descodificación me ha permitido eliminar esa creencia de tener que vivir a dieta eternamente, me permite llevar una alimentación saludable y consciente sin restricciones, me ha permitido aceptarme y amarme no solo a nivel de mi aspecto físico sino a un nivel mucho más profundo y me ha permitido mejorar mis relaciones tanto familiares como sociales puesto que vivo desde una adulta segura, “no abandonada”.
“La belleza del cuerpo muchas veces es indicio de la belleza del alma” Miguel de Cervantes.
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